Difícil sería averiguar, conocer, descubrir las causas
que han posibilitado llegar a un estado tan grave, peligroso, incierto y sin
esperanzas de progreso y evolución en el Mundo de hoy. Intentaremos escribir
algunas reflexiones de un tema que no se puede analizar en un escrito de pocas
líneas.
Vivimos en un Mundo en guerra que no ha estallado
formalmente en Argentina, EEUU, Europa, pero en Siria, Israel, Irán y otros
lares, la Guerra es una realidad, no obstante en muchos países el Terrorismo ha
actuado en forma letal y no se han encontrado soluciones. Argentina tiene impune
todavía, el terrorismo desde los años 70 y aunque esta célula fue derrotada, el
Terrorismo sigue amenazando no solo la región sino al Mundo entero con el E.I.
Quizá convenga hacer un efímero repaso de los poderosos y
gobernantes que quisieron “Adueñarse” del Mundo en los últimos tiempos. Conocemos las guerras del siglo pasado y sus
líderes, el comunismo, el marxismo, el nazismo, las dictaduras, el terrorismo, el
socialismo, la derecha ultra conservadora, el centrismo, el liberalismo, el
neoliberalismo, el populismo, el socialismo del siglo XXI y distintas
revoluciones y revolucionarios. Todos estos protagonistas tienen algo en común,
la muerte y el querer eliminar la pobreza. En los hechos el resultado es el
contrario. Han matado y violado los
derechos humanos en forma aberrante y en lugar de reducir la pobreza, la han
incrementado y aquí no hay distinción de Grupo, Partido, Célula o Movimiento.
Fracasaron y sobre todo en la eliminación de la pobreza y la protección de la
Vida, no obstante existir cada vez más concentración de la riqueza en pocas
manos y aquí también aparecen distribuidos los protagonistas, que no pertenecen
a un grupo sino a varios de los nombrados unas líneas más arriba. Rápidamente
podríamos concluir que en la lucha por la eliminación de la pobreza, todos
perdieron, algunos más otros menos pero el fracaso es visible.
Repasemos los argumentos actuales del porqué de algunas
batallas. Por ejemplo aquí en la Argentina. Resumiendo podríamos decir, que hoy
se presentan muchos grupos que exponen y demandan ser los “Dueños Originarios
de las Tierras” que ocupamos nosotros y nuestros antepasados.
Los argumentos no son serios pero han obtenido mucha
difusión y así tenemos muchos rebeldes que realizan actos violentos que podrían
ser calificados de terroristas, dados los alcances y objetivos que tienen.
Hablan siempre de una “Revolución” y algunos de estos supuestos líderes, son
personajes con un apellido extranjero, educados en universidades extranjeras.
Las nuevas “Revoluciones” reclaman la igualdad, la inclusión, la eliminación de
la pobreza, (nada nuevo) la recuperación de las tierras originarias usurpadas
por los colonialistas e imperialistas argumentando que los derechos humanos
reclamados existen desde los orígenes de la humanidad y rigen desde entonces,
lo que los habilita, según ellos, a este sui-generis pedido, llamado
“Jus-Cogens”. También argumentan la existencia de “El Imperio” y su resistencia
a él los habilita a todo tipo de tropelías, desmanes y violaciones a los
derechos humanos e incluso a sus constituciones nacionales. Hasta se les
escucha decir: “Solo me juzga la Justicia del Pueblo” y cuando son acusados por
la justicia, expresan como justificativo que esta pertenece a “El Imperio” o a
grupos concentrados de poder que nos quieren colonizar y continúan con sus
dichos: “La única prueba que hay, es mi honestidad” no obstante mostrar la
realidad todo lo contrario.
Muchos de los Presidentes de esta región, salvo
excepciones, están acorralados por escándalos de corrupción que son casi
imposibles de justificar y defender, a no ser que el poder judicial del estado
encargado de juzgar, padezca la misma crisis que el ejecutivo, en cuanto a la
corrupción y la falta de idoneidad. Ahondando más, comprobamos que el restante
poder, el legislativo, también está inmerso en la corrupción, no obstante si continuamos
hurgando, descubrimos que la red de corrupción llega a la mayoría de los
sectores, instituciones, organizaciones y empresas no importando cuál sea el
monto que se intenta encubrir o mejor dicho robar, se llega a un nivel tan
enorme de corrupción, que hay sectores que entienden que es legal, cobrar
comisiones de todo tipo y vender sus votos, intereses, su influencia, llegando
a algo que parecía imposible. La complicidad de los dos poderes del estado con
el ejecutivo han conformado una verdadera red y oligarquía del poder que es
casi imposible de depurar, ya que en cada andarivel, la corrupción muestra sus
dientes y garras. El panorama empeora aún más cuando las noticias mundiales nos
muestran que ex presidentes de países, acusados de innumerables causas de
corrupción, incluso condenados a varios años de prisión o que se presentan a
los medios antes de una elección afirmando que si su candidato pierde, se verá
obligado a volver para recuperar el poder, o aquellos presidentes que a pesar
de perder las mayorías legislativas en elecciones libres, no las reconocen y
cargan las culpas a “El Imperio” y encarcelan a los opositores por opinar
diferente y matan a cientos de personas que reclaman sus derechos
constitucionales. Ellos responden que la única justicia a la que se someterían,
es a la de “El Pueblo”. Esto ocurre cuando, llegado el paroxismo total, ni la
justicia aprueba los métodos autoritarios y dictatoriales de estos tiranuelos,
recurriendo pues a “El Pueblo”, no obstante si llegase éste a “Revocarlo”,
estos ególatras, seguramente, dirían que “El Pueblo” ha sido narcotizado y
drogado por “El Imperio”. Los disparates que hemos escuchado y escuchamos a
diario, tienen una garantía popular que ronda el 30 % hasta el 50 % de apoyo de
“El Pueblo”. Muchos analistas y filósofos se preguntan el porqué de este apoyo,
a pesar de que muchos de quienes los apoyan reconocen que estos líderes, son
corruptos y no les importa, ya que los demás también.
El tiempo nos ha mostrado que las sociedades han ido reemplazando
los valores, tales como la educación, el respeto, orden, amabilidad, honestidad
y bondad, por sus contrapuestos y quizá luego de tantas generaciones que han
vivido bajo estos “Contrapuestos”, lo que sale de aquí no puede ser bueno, a lo
sumo, podrá ser menos malo. Lo vemos en todos los niveles de la vida diaria y
como dice la vigente letra del tango “Cambalache”: “…Y el que no afana es un gil…” “..Que a
nadie importa si naciste honrado”
Quizá y como apresurada conclusión podríamos afirmar que
ningún grupo, movimiento, gobernante, líder, general, camarada o poderoso del
mundo, a pesar de sus promesas y compromiso, ha podido eliminar la pobreza ni
la corrupción. Tanto unos como otros sean de derecha o izquierda, o centro, han
sido los culpables de lo que sucede y vivimos hoy con la complicidad de las
distintas sociedades que apoyaron, apoyan y ¿Apoyarán estos líderes que se
crean entre nosotros?
¿O quizá, ante tantos fracasos, haya llegado el tiempo de
proponernos mejorar, comprometiéndonos de abajo hacia arriba a educarnos, ser honestos
y regirnos todos bajo la misma ley, sin excepción?
Alejandro Olmedo Zumarán.